Reseña de lo que fue el festival «Juntos por la Vida» en Buenos Aires

Buenos Aires vibró con el festival «Juntos por la Vida«, un evento que marcó un antes y un después en Argentina, ya que fue el primer mega recital organizado por músicos, con el aval de OMCA. A continuación una reseña escrita por Marcelo Bellota, músico y reconocido referente en las comunicaciones del país.

El pasado sábado 14 de diciembre sucedió un hecho inaudito en el ámbito musical cristiano: un festival organizado íntegramente por músicos.

Sí, porque desde la gestión inicial ante las autoridades municipales hasta el último cable que se recogió del escenario fue accionado por los propios socios de OMCA (Organización de Músicos Cristianos de Argentina), una asociación civil sin fines de lucro que nació hace poco menos de un año y que en su corta vida alcanzó logros tan importantes como este festival.

Contó con el apoyo de la Dirección de Música del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de numerosos sponsors que aportaron instrumentos y equipos, con la actuación ad honoren de decenas de músicos y la colaboración de muchos voluntarios del Programa Josué. Sin olvidar la labor desinteresada de la locutora Ana Saco (TV Pública), que desde el principio hasta el final le puso el cuerpo y la voz a la conducción del espectáculo.

Con esta premisa de unidad que reunió a todas las bandas y solistas, luego de recorrer alrededor de 700 kilómetros desde Punta Alta, JC Grunge abrió la jornada con mucha potencia. La agrupación liderada por Gustavo Cobos interpretó “Eres bueno” y “Vives tú y vivo yo”, con la participación especial de Edgardo Guzzo (bajista de Resiste), Belén Sommariva (voz) y Alex Noguera (guitarra) de Perlak, quienes también viajaron especialmente desde Misiones para participar del evento.

Como representante del interior del país, Gustavo Cobos compartió sus impresiones del concierto: “A mis 47 años de edad recién ahora pude palpar la camaradería, el compañerismo, el compromiso unánime, el amor a la obra, la humildad de los grandes a flor de piel. Pero por sobre todas las cosas veo a los músicos cristianos argentinos organizados y unidos para mostrarle al mundo entero que una nueva generación se está gestando.

Esto recién empieza y ya produce ruido. Vamos por más, que lo mejor aún está por venir”.

Luego, los puntaltenses les concedieron el tiempo restante a sus colegas misioneros para hacer dos temas de su autoría: “Enviado” y “Espejo”. Allí se sumó una tercera integrante de la banda, Miriam Méndez (coros), acompañada por Fernando Caballeros (bajo), Judith Enriquez (segunda guitarra) y Gastón Salazar (batería), como músicos invitados. Ellos contaron con la hospitalidad de Marcelo Levicoy (presidente de SADEM), que les facilitó la gestión en su último día de hospedaje por medio del mencionado sindicato.

Respecto a su paso por el festival, Miriam Méndez sostuvo: “Es respuesta a años de oración y significa la confirmación de un sentir que me definió profesional y ministerialmente”. La cantante, que también es representante de OMCA en Salta, agregó: “Compartir el escenario con gente que admiré y admiro es lo más, y poder seguir en contacto y saber que se vienen cosas más asombrosas, muchísimo más de lo que esperaba”.
La Pastoral de Música Católica también se sumó al evento, aportando un crisol de variantes musicales.

Adorarte interpretó “Te coronamos”, “Espíritu Santo ven”, “Eres rey” y “Hay libertad”. Epifanía tocó “Resurrección”, “Mi alianza de amor”, “De tu mano”, “Mi tesoro” y “Tu presencia”. Filocalia hizo “Lío”, “Tendiendo puentes”, “Sueños” y “Misión: un estilo de vida”. El solista Daniel Poli cantó “Héroe anónimo” y “Renueva la faz de la tierra”. Mientras que el coro gospel PDM armonizó el ambiente con “Dios te salve reina y madre”, “Aleluya”, “Más feliz”, “Él” y “Oh, happy day”, dándole así un sentido de coexistencia interreligiosa a este encuentro musical sin precedentes.

Por su parte, Eugenio Zucal (coordinador de Pastoral de Música Católica) comentó: “El evento significó una nueva oportunidad para ser uno entre hermanos y que el mundo crea en el Señor”. Y completó la idea agregando: “fue una oportunidad para cantar al unísono en defensa de la vida y un espacio para compartir al público general la riqueza artística que hay en la Iglesia”.

Lumbrera aportó el ritmo tropical a la tarde con la presencia de Roberto Edgar (Volcán) y el grupo Manto Sagrado. Allí, el quinteto liderado por Miguel Medina, reforzado por sus invitados, cantó “Uno que te ama”, “Al despertar”, “Con qué te podré pagar” y “No me dejes”, para invadir el auditorio con su cumbia norteña.

También hubo lugar para el rock & roll con La Misión Blues Band, que engrosó su numerosa formación con la aparición de Luciano Meca (saxofonista de Nacidos de Nuevo), Carlos Bareiro (cantante y armoniquista de Paraiso Rock & Blues) y Marcelo Bellotta (vocalista de Nuevo Pacto) para hacer los dos últimos temas de su set: “Chicos locos” y la nueva versión de “Azotes”, un clásico de Mike & Desafiados compuesto por su guitarrista Claudio Páez. Antes de esto, la banda timoneada por Leo Lértora tocó “Leviatán” y “Tierra salvaje”.

VE Rock trajo la mística del hard rock al centro de la ciudad de Buenos Aires con tres de sus temas que integran su primer EP: “Corro hacia ti”, “Enciende mis manos” e “Identidad”. A los que sumó el estreno de “Nueva vida”. De este modo, Christian Alarcón y el resto de sus compañeros brindaron un adelanto de lo que será su última fecha del año en José C. Paz.

Luis Barni Band, que también realizará su cierre anual junto a VE Rock el 21 de diciembre, irrumpió al escenario con varios de sus clásicos como “Cielo o infierno”, “Guerrero” y “Llegaré”. Aunque el punto más álgido de su intervención fue “Bueno es saberlo”, junto a Jona Rispoli (vocalista y guitarrista de Pacto Perpetuo), -que luego salió corriendo al Marqueé para telonear a Cruel Adicción-, y Cristian Quiroga (vocalista de Pan y Vino), quien vino desde Salta para realizar esta breve colaboración.

Tras su intervención en el concierto, Cristian Quiroga confesó: “Para mí fue un sueño cumplido. Nunca imaginé estar con todos los músicos consagrados”. Además, quien ahora es representante de OMCA en su provincia y tuvo un pasado difícil al permanecer mucho tiempo en situación de calle, hoy disfruta a fondo de este privilegio: “Yo a Luis Barni lo escuchaba desde los 12 años y poder cantar junto a él fue genial. Gracias a OMCA me sentí uno más de ellos”.

El accidente automovilístico previo que protagonizaron Gabriela Sepúlveda y su hija —quien quedó hospitalizada en observaciones— no impidió que Boanerges dejara todo arriba de las tablas. Con su tema homónimo que integra su primer disco editado en 1998, los pioneros del white metal argentino hicieron tronar los cimientos. Luego le siguió otro tema de esa época, “Despertar de la mentira”, con el plus de Claudio Parolari (baterista de Kamikaze) en los parches, para finalizar con “La gran batalla” y “Por siempre a tu lado”, a dúo con Natalia Romero (vocalista de Ichthus).

Marcelo Rodríguez (bajista de Boanerges y presidente de OMCA) señaló: “En este día definitivamente Dios logró su propósito bajo el slogan ‘Juntos por la vida, la música nos une’. En el mismísimo corazón y centro geográfico de la ciudad, vaya si esto tiene una connotación increíble, se rompieron viejos paradigmas del pasado que impedían la unidad de los músicos cristianos argentinos.

Excelente la organización del evento, si tomamos en cuenta que todavía OMCA no cuenta con apoyo económico ni estructural. Gracias al anfiteatro, su gerente, sus técnicos y por supuesto el gran apoyo de la Dirección General de Música, que hicieron lo propio para que disfrutemos de una gran muestra de diferentes estilos de música con valores».

El estilo ochentoso apareció en la persona de Hugo López y su banda con canciones como “Fuego” y rememorando algunos hits de Heart-u-Heart, entre ellos “Hombre libre”, junto a Israel Rizi (guitarrista de Holywood) y Leo Barra (vocalista y saxofonista de Resiste), para alegrar a los músicos y amigos que se acercaron a apoyarlo desde distintos lugares.

La rotura del auto del tecladista Jeremías Lunardelli tampoco fue una traba para escuchar la propuesta progresiva de La Dieta de Worms. Aunque se retrasaron en la grilla, los platenses dieron todo de sí abriendo su show con “4 de 9 II”, más la presencia de Brian Anadón que los acompañó en el resto de los temas. Luego, Marcelo Villanueva (guitarra) invitó a Gastón Thibaut (guitarrista de Julio Guez) y Hernán Parafioriti (cantante y guitarrista de Lázaro), que se sumaron en los temas “Gran arma” y “No más”.

Juan Manuel Beati (director de música del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) afirmó: “Para mí ha sido una gran alegría haber recibido a excelentes grupos de música que, además de haber generado un maravilloso despliegue de talento, han transmitido un mensaje cristiano de fe, amor, solidaridad y paz. En la Dirección General de Música en particular y en el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires en general siempre habrá lugar para el ejercicio de la libertad inspirada en los principios que nutren nuestros valores culturales”.

Si bien Año Cero estaba programado como número final, el retraso en la programación hizo que Maxi Bongarrá y compañía tuvieran un acto de grandeza cediéndole su lugar a Adonai. Entonces el folclore tuvo su momento con la participación de Ayelén Marcellac (voz y guitarra) y su esposo Lucas Ortiz (voz y flauta traversa), que tocaron juntos “Corazón pesebre” de Rescate.

Para cerrar, Ayelén como solista, entonando “Zamba del que se pierde” y “La Mensajera”. De este modo concluyó este festival de la unidad musical como primer paso de un extenso camino que aún queda por recorrer juntos por la vida.

PH: Reflex Photo Studio BA

(LBM)

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